martes, 25 de mayo de 2010

"Saludo de paz"

Repica el viejo bronce
de la parroquia de mi barrio,
y el anciano dirige sus pasos
en un lento caminar,
acumuladas dècadas lleva en
su encorvada espalda,
dolor y tristeza
en su agitado pecho,
y quizas amargura
lleva ya en el alma,
Sin control en su diestra mano
en la otra un madero viejo
que a diario le acompaña
cargando su fràgil cuerpo,
Cada domingo va a misa
y en el saludo de paz
espera que se acerquen
sus hermanos
y mientras se escucha el aleluya
el siente las caricias de otras manos
Es el primero
en recibir el pan y el vino
de la sagrada comuniòn,
agregando en su oraciòn
Jesùs, Yo confìo en ti,
Jesùs, entra en mi corazòn.

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