lunes, 31 de mayo de 2010

DE MIS FAVORITOS

"ELEGIA PARA MI Y PARA TI"


Yo seguiré soñando mientras pasa la vida,
y tú te irás borrando lentamente en mi sueño.

Un año y otro año caerán como hojas secas
de las ramas del árbol milenario del tiempo,

y tu sonrisa, llena de claridad de aurora,
se alejará en la sombra creciente del recuerdo.

Yo seguiré soñando mientras pasa la vida,
y quizás, poco a poco, dejaré de hacer versos,

bajo el vulgar agobio de la rutina diaria,
de las desilusiones y los aburrimientos.

Tú, que nunca soñaste más que cosas posibles,
dejarás, poco a poco, de mirarte al espejo.

Acaso nos veremos un día, casualmente,
al cruzar una calle, y nos saludaremos.

Yo pensaré quizás: «Qué linda es, todavía».
Tú, quizás pensarás: «Se está poniendo viejo».

Tú irás sola, o con otro. Yo iré solo, o con otra.
O tú irás con un hijo que debiera ser nuestro.

Y seguirá muriendo la vida, año tras año,
igual que un río oscuro que corre hacia el silencio.

Un amigo, algún día, me dirá que te ha visto,
o una canción de entonces me traerá tu recuerdo.

Y en estas noches tristes de quietud y de estrellas,
pensaré en ti un instante, pero cada vez menos.

Y pasará la vida. Yo seguiré soñando,
pero ya no habrá un nombre de mujer en mi sueño.

Yo ya te habré olvidado definitivamente,
y sobre mis rodillas retozarán mis nietos.

Y quizás, para entonces, al cruzar una calle,
nos vimos frente a frente, ya sin reconocernos.

Y una tarde de sol me cubrirán de tierra,
las manos, para siempre, cruzadas sobre el pecho.

Tú, con los ojos tristes y los cabellos blancos,
te pasarás las horas bostezando y tejiendo.

Y cada primavera renacerán las rosas,
aunque ya tú estés vieja, y aunque yo me haya muerto.

José Ángel Buesa

"Noches desiertas de amor"



-¿Cuàntas noches desiertas de pasiòn
habràs tenido?-
cuando sentìas arder tu interior
y nada que pudiera apagar
esa sed infinita de amar;
Cuantos besos añorados,
cuantas caricias,
cuanta lujuria que no tuvo
sexo,
cuanto sexo que no tuvo
respuesta,
cuantas veces soñaste
con dar esos besos
que escondidos se quedaron
en tus labios rojos,
esa càlida caricia que se quedò
dormida en tus manos,
àvidas de escudriñar
el objeto deseado;
Cuantas noches
te fuiste quedando dormida
pensando en que tu amor
era de otra;
Cuantas noches desiertas
de pasiòn,
dejaron espasmos
sin estallido,
Una cena en la mesa,
unas velas encendidas,
un perfume en el desnudo cuerpo
y un deseo reprimido.